Memento Mori
“Recuerda que morirás“
Algo interesante del judaísmo, y después el cristianismo, es que son religiones que (deberían) impregnar cada rincón de nuestras vidas. No solamente son reglas religiosas para agradarle a Dios, sino son consejos y mandamientos que nos deben de ayudar en cada área de nuestras vidas.
Muchas de las religiones en los tiempos de Jesús eran solamente enfocadas en que hacer para hacer que los dioses no te castigaran. Para poder saber como vivir el resto del tiempo, se necesitaba ir con los filósofos, quienes tenían sugerencias de como vivir y como enfrentar distintas circunstancias.
Esta frase Memento Mori, “Recuerda que morirás,” viene de la filosofía estoica. Es una frase del latín que se usaba para traer una semejanza de humildad a los generales romanos victoriosos. Se dice que en su desfile de victoria, mientras todo el ejercito y el pueblo veneraba a los generales, tenían esclavos atrás recordándoles: “Memento Mori... Recuerda, vas a morir.“
El Predicador, en este capítulo de Eclesiastés , está diciendo lo mismo. Nos está recordando de ser humildes, de nuestra humanidad y fragilidad. No somos seres eternos.
Vale más ir a un funeral que a un festival.
Eclesiastés 7:2,4
Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente.
El sabio tiene presente la muerte; el necio solo piensa en la diversión.
La Sabiduría de la Muerte
La muerte nos debería hacer pausar.
Corremos por la vida como si fuéramos invencibles, casi ni pensando en la muerte. Y hay personas que logran ignorar o esconder de la muerte toda su vida.
¿Pero es sabio huir de la muerte, o esconder de ella?
El autor insiste que “el sabio tiene presente la muerte; el necio solo piensa en la diversión.” No que vivamos aterrorizados de la muerte, pero que la tengamos en mente. Que reconocemos que somos mortales, que esta vida si tiene un final aquí en la tierra.
Y el Salmista está de acuerdo con él:
Enséñanos a contar bien nuestros días,
Salmo 90:12
para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
Memento Mori, o aprender a contar bien nuestros días, no es algo morboso, ni algo oscuro o malvado. Es de sabios reconocer que nuestros días son cortos, y que deberíamos aprovecharlos y disfrutarlos.
Al tener la perspectiva correcta acerca de la vida y la muerte, ninguna alegría es demasiada pequeña, y nigún problema es demasiado grande. Podemos disfrutar de todo lo que Dios tiene para nosotros, y podemos aguantar y superar las pruebas y dificultades que vienen en esta vida.
Pregunta: ¿Cómo te sientes al pensar en la muerte? ¿Crees que tu relación con la muerte es sana?
Meditando en esta palabra me quedo con la boca abierta , anoche estuve pensando en los días vividos y en los días venideros , que solo Dios sabe que pasará , y senti temor , temor de ver a mis hijos tan chicos aún , y pensaba y pedía a Dios cada día como portunidad , pedí a Dios vivir más, sin dejar de pensar en la muerte.
Si, es algo abrumador pensar en que un día no estaremos para nuestros seres queridos, y puede provocar mucho temor! O también puede provocar una alegría de vivir, de poder estar otro día más con nuestros seres queridos. El chiste es no dejar que el temor gane 😉