Romanos 1:18-32
Parte 5 de la serie de Romanos. (Haz clic aquí para ver toda la serie.)
Apenas llevamos 17 versos, ¡y el Apóstol Pablo está dándole con todo! Cómo parte de su argumento de que el evangelio es para todos, está comprobando cómo todos hemos pecado, y empieza con los gentiles.
Mientras estaba leyendo, noté una cierta progresión en los versos. Empezamos con la desobediencia, la cual progresa a la ignorancia, y termina con la gente haciendo “lo que no debían hacer.”
Y creo que esa progresión es la misma para todos nosotros sin Cristo.
Desobediencia
“Con su maldad obstruyeron la verdad”
Romanos 1:18,21
“No lo glorificaron cómo a Dios, ni le dieron gracias”
Cuando pienso en desobediencia, pienso en la historia de Jonás. Es un ejemplo tan claro y obvio de desobedecer a Dios. Él literalmente recibe una palabra que tiene que compartir, y descaradamente desobedece y huye en un barco lo más lejos posible de Nínive.
Quizás nuestra desobediencia no es tan grande y espantosa. Podría ser:
- Soberbia en nuestro corazón
- No tomar en serio las cosas de Dios
- Ignorar un consejo bíblico.
- Hacer algo porque quieres hacerlo, aún si no crees que Dios estaría de acuerdo.
Pero aún estas pequeñas faltas de obediencia van acumulando en nuestro ser, y nos llevan al segundo paso.
Ignorancia
Se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.
Romanos 1:21-23
No cualquier persona decide reemplazar a Dios en su vida. Es el pensamiento más ignorante que el ser humano puede tener. Requiere un cierto nivel de necedad, Tristemente, muchas veces tú y yo si llegamos a ese nivel de insensatez.
Probablemente nuestros dioses ya no son de metales; más bien son dioses mentales. No tenemos altares con estatuas en nuestro hogar, pero quizás hemos hecho altares en nuestro corazón.
Quizás servimos al dios del dinero, aunque seguimos yendo a la iglesia. Algunos de nosotros hemos buscado la comodidad sobre todas las cosas, al grado de que la comodidad se ha vuelto nuestro dios.
Si tomamos el tiempo y somos honestos, podemos reconocer los dioses falsos que hemos creído y construído. Tenemos que reconocer que algo ha usurpado a Dios en nuestras vidas, y que urge devolver a Dios en su lugar.
Si no lo hacemos, terminamos en el último paso de esta progresión.
“Lo que no debían hacer”
“Por eso Dios los entregó a malos deseos.”
Romanos 1:24,26,28
“Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas.”
“Él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.”
Es el “fruto” de nuestra rebelión contra Dios. Terminamos entregando nuestros cuerpos y corazones a todo tipo de pecado sin pensarlo. Se vuelve algo normal, al grado de que el vivir en santidad se ve cómo algo anormal.
Entre más nos dejamos llevar por la desobediencia, más este verso se vuelve real (y más triste) en nuestras vidas:
no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.
Romanos 1:32
Conclusión
La imágen que nos comparte Pablo es bastante fea. Si tuviéramos que arreglar todo por nuestra propia cuenta, ¡estaríamos perdidos! Pero por eso son “las buenas nuevas.”
El Evangelio nos recuerda que no es por obras, sino que Dios nos amó tanto que en medio de nuestro pecado nos amó y envió su hijo por nosotros.
“Cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Romanos 5:8
Pregunta: ¿Te pudiste identificar en algunas etapas de esta progresión tan peligrosa?
¿Hay algún ídolo que tienes que tumbar?
¿Cómo crees que sería tu vida sin Jesús?