Nuestro Rey sin Temor
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Proverbios 3:25-26 NTV
No hay por qué temer la calmidad repentina…
porque el Señor es tu seguridad.
Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.
Estos versos le retan a nuestro temor, escarvando y destruyendo nuestras inseguridades escondidas. Nos confrontan con la verdad, recordándonos de donde viene nuestro socorro.
A mí no me gustan las películas de terror. ¡Tampoco me gusta cuando la vida misma se vuelve más terrorífica que las películas!, pero a veces nos encontramos en situaciones más extremas que las películas más exageradas, sin saber que hacer.
Hace unas semanas, Taylor recibió un piquete de alacrán. Corrí a la casa por ella, y la llevé al hospital. Al principio no parecía que le estaba dando algún efecto. Pensé que quizás esta niña ya llevaba anti-veneno en su sangre.
Pero poco a poco empeoraba. Primero fue su lengua y su cara. La movía de manera extraña, porque se le estaba entumeciendo. Después se puso roja de la cara, y empezó a tener dificultad para respirar. ¡Todo eso mientras estaba en un tráfico horréndo, intentando salir de Bucerías! Y mientras más lento iba el tráfico, peor se ponía. Apenas salí de Bucerías cuando empezó a vomitar en el carro. Lo único que me quedaba era confiar la vida de mi nena a Dios, no tenía otra opción. No pude hacer desaparecer al tráfico, ni pude quitarle el veneno de su cuerpo. Lo único que pude hacer era orar y creer que todo iba a salir bien.
“el Señor es tu seguridad.”
No hay ninguna crisis demasiada grande para Jesús. Lo que el mundo considera un evento cataclísmico, algo que cambiará la tierra para siempre, Jesús no lo ve como la gran cosa. No se asusta nuestro Salvador. Cuando los discípulos temían por sus vidas en la barca, Jesús dormía, totalmente tranquilo.
El mismo Dios quien controla el viento y las olas, tiene su mano sobre nosotros. No tenemos porque temer, porque “Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.”
Podemos dormir sin temor.
Vivir sin temor.
Amar sin temor.
Aún cuando hay un piquete de alacrán, o regresa la enfermedad, o ya no hay trabajo, podemos enfrentarlo. Podemos creer que nuestro Dios tiene el control.
Pregunta: ¿Dónde ha estado ganando el temor en tu corazón? ¿Cuáles victorias has tenido sobre tus miedos?
Reto: Lee el Salmo 23 en voz alta, e identifica el verso que más te anima.
Salmo 23
El Señor es mi pastor;
tengo todo lo que necesito.
En verdes prados me deja descansar;
me conduce junto a arroyos tranquilos.
Él renueva mis fuerzas.
Me guia por sendas correctas,
y así da honra a su nombre.
Aun cuando yo pase por el valle más oscuro,
no temeré, porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado
me protegen y me confortan.
Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor viviré por siempre.
Tengo seguridad porque “en la casa del Señor viviré por siempre”. ☺️🏠
Es cierto! Es nuestra roca firme.