Romanos 11:33-36
Parte 21 de la serie de Romanos.
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Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión;
Salmo 139:6
tan sublime es que no puedo entenderlo.
33 ¡Qué profundas son las riquezas
de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios
e impenetrables sus caminos!
34 «¿Quién ha conocido la mente del Señor,
o quién ha sido su consejero?»
35 «¿Quién le ha dado primero a Dios,
para que luego Dios le pague?»
36 Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Romanos 11:33-36
Aquí es la transición entre las dos partes principales de la carta de Romanos. La primera parte ha sido su argumento y enseñanza acerca de la justificación (perdón) de los pecados.
- Es para todos, tanto judíos como gentiles.
- Es imposible de ganar, por lo tanto es un regalo de Dios.
- Es importante, porque el pago del pecado es la muerte.
- Es para nuestra santificación; su perdón nos lleva a ser más cómo Jesús.
Antes de entrar a la segunda parte, que se enfoca más ahora en cómo debemos de vivir, Pablo dedica estos versos a alabar a Dios.
Cuando vemos todo lo que ha hecho Dios, lo más lógico es alabarle. ¡No tiene sentido hacer otra cosa!
Al ver su plan de salvación, al ver su amor, al ver su sacrificio, debemos quedar quietos y reconocer quién es Dios.
«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.
Salmos 46:10
¡Yo seré exaltado entre las naciones!
¡Yo seré enaltecido en la tierra!»
Pregunta: ¿Cómo podemos agradecerle a Dios por todo lo que ha hecho?
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