Romanos 6

Parte 13 de la serie de Romanos. (Haz clic aquí para ver toda la serie.)


Cuando ya los habían sacado de la ciudad, uno de los ángeles le dijo: —¡Escápate! No mires hacia atrás, ni te detengas en ninguna parte del valle. Huye hacia las montañas, no sea que perezcas.
Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y se quedó convertida en estatua de sal.

Génesis 19:17,26

Hay historias tan impactantes en el Antiguo Testamento. La historia de Lot y su familia huyendo de la destrucción de Sodoma y Gomorra es una de ellas.

Me llama la atención lo que encargó el ángel: “no mires hacia atrás, ni te detengas.” ¿Por qué era tan necesario no detenerse ni no mirar atrás

En este caso, es posible que simplemente era para que no formaran parte de la destrucción de las ciudades. Si se detienen, quedarán en el espacio destinado para destrucción.

¿Pero esta historia se puede aplicar a nuestras vidas? Yo creo que si.

En Romanos 6, Pablo está diciendo lo mismo que dijeron los ángeles: No mires hacia atrás.

De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos.

Romanos 6:11-12

“Están muertos al pecado. ¡No mires a tu pasado, tu vieja manera de ser! ¡Sino miren hacia tu futuro glorioso en Cristo!”

El Fruto de la Desobediencia

¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte!

Romanos 6:21

Hay una muy buena razón de no mirar atrás. ¡Es porque no hay nada bueno allí en nuestra vida antes de Cristo! Quizás hubo momentos divertidos, pero son dispersados entre muchos tiempos de desesperación, tristeza, soledad, y quebrantamiento. Estábamos lejos de Dios.

Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna.

Romanos 6:22

Nuestro pasado puede quedar allí, porque tenemos un futuro increíble por delante. Ya no somos esclavos del pecado, sino voluntariamente nos hemos ofrecido a Dios cómo esclavos de justicia. 

Antes fuimos controlados por el pecado. Nuestra naturaleza siempre se inclinaba hacia el caos y la desobediencia. Estábamos ciegos a lo malo que hacíamos, muertos en nuestros pecados. 

Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia.

Romanos 6:17-18

Pregunta: El proceso de la santidad, de ser más cómo Jesús, es un proceso que durará el resto de nuestras vidas. ¿Has visto cambios en ti gracias a Jesús? ¿Sigues mirando atrás, sea con culpa o con nostalgia, en vez de enfocar en todo lo que Dios tiene por delante?


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