Romanos 8:1-17

Parte 16 de la serie de Romanos.
(Haz clic aquí para ver toda la serie.)

Porque, si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán.

Romanos 8:13

Todos los Judíos, incluyendo a Pablo antes de conocer a Cristo, entendían que deberían de vivir de cierto modo. Cómo el pueblo de Dios, era su llamado cumplir con un estándar de vivir más alto.

Pero todos hacían todo por su esfuerzo. Por eso Jesús habla del Fariseo que agradece a Dios que no es cómo “aquel pecador” (refiriéndose al recaudador de impuestos. –ve Lucas 18:9-14 para toda la parábola.-)

El Fariseo pensó que todo se trataba de su esfuerzo, por eso jactaba de él. Pero Pablo nos muestra una mejor manera de vivir. Una vida que no depende 100% de nuestras fuerzas, sino que depende de la gracia de Dios.

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.

Efesios 2:8-9

Cooperar Con Cristo

“Si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán.”

Lo he mencionado antes, y lo vuelvo a mencionar: Hemos sido llamados a cooperar con Cristo.

  • Por Medio del Espíritu

Esta es la parte donde Dios nos ayuda. No estamos solos, sino que tenemos una ayuda en nuestros momentos de debilidad y necesidad.

Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

2 Corintios 10:4

Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.

Romanos 8:26
  • Dan muerte a los malos hábitos del cuerpo

Y aquí está nuestra parte. Con el poder de Dios, tú y yo podemos destruimos los viejos pedazos del pecado en nosotros.

Cuando encontramos una parte de nosotros que no agrada a Dios (una actitud, un pensamiento, un hábito, etc.,) ahora podemos hacer algo. Antes fuimos incapaces de enfrentar el pecado en nosotros, pero ahora con Dios todo ha cambiado.

¡Ahora somos más que vencedores!

Pregunta: ¿Puedes entregarle a Dios donde sigues luchando? ¿Y puedes hacer lo que Dios te pide para enfrentar ese pecado o mal hábito?


Me encanta leer sus comentarios y sus preguntas, ¡y respondo a todos! Deja algo abajo para dejarme saber que opinas 🙂

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *