Romanos 2:1-3:8
Parte 6 de la serie de Romanos. (Haz clic aquí para ver toda la serie.)
La Religión No Salva
Lucas 18:10-13
10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”. 13 En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”
Este fariseo en la parábola de Jesús tomó la justicia en sus propias manos. Creía que ni necesitaba a Dios, porque tenía sus reglas que sabía manipular y seguir.
Dos mil años después veo lo mismo en mi propio corazón.
Fácilmente puedo hacer una larga lista de todas las cosas buenas que hago, y todas las razones de porque Dios debe amarme y conceder cada capricho mio. Al mismo tiempo, puedo sacar listas aún más largas de como todos los demás están fallando, y pensar a mi mismo: “Por lo menos no soy como ellos.“
Pablo, enfocando ahora en los judíos en este pasaje, habla del mismo problema que mencionó Jesús en la parábola y que experimento en mi propia vida.
Ellos nacieron dentro de la religión, y crecieron leyendo el antiguo testamento. Ellos pensaban que sus actos religiosos eran lo único que importaba, y por lo tanto juzgaban a los gentiles, quienes no seguían la ley del antiguo testamento.
Romanos 2:17-24
Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles».
Es fácil señalar a los judíos, decir cuán lejos estaban del plan de Dios. Pero la Biblia no fue diseñado para dejarnos juzgar a los demás, ni para hacernos sentir bien.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16-17
Entonces, ¿Qué nos quiere enseñar Dios con este pasaje?
Resaltan dos cosas para mí:
1. Alejarnos de la religión
2. Acercarnos a la gracia de Dios.
Alejarnos
Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!
2 Timoteo 3:5
¡Es tan peligrosa la religión, especialmente la religión escondida en nuestro corazón!
La religión nunca será suficiente.
- La circuncisión no funcionó
- Dar todo a los pobres no basta.
- Nunca decir otra grosería no cambiará nada.
Ni por un momento podemos merecer todo lo que Dios nos ha dado. Pero la religión nos convence que si hacemos lo suficiente, si nos portamos lo suficientemente bien, y si damos suficiente dinero, un día podremos merecer lo que Dios nos quiere regalar.
Nunca seremos lo suficiente. Sin fe, sin una relación real con Dios, jamás podremos alcanzar lo que Dios tiene guardado para nosotros.
Acercarnos
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Hebreos 4:16
La Biblia lo dice mejor. Podemos acercarnos a nuestro Padre. No a través de nuestras supuestas buenas obras, ni por nuestra religión, sino por fe, sabiendo que nuestro Padre nos escucha y nos recibe. ¡Es un buen Padre que nos amó primero y quien dio todo por nosotros!
Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:8
Pregunta: ¿Estás acercando a Dios hoy? ¿Cómo podemos frenar la religión que hay en nuestro propio corazón?
Gracias a Dios que ahora podemos vivir bajo la gracia y no bajo la ley, pues si fuera por la ley viviríamos una religión intentando , intentando pero no cumpliendo, soy libre y puedo compartir de su gran amor y vivir una verdadera fe
Si, la ley nos enseña que necesitamos algo mejor. La gracia es tal cosa!