Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11
¿Te has puesto a pensar en que hubiera pasado si Jonás nunca hubiera obedecido a Dios?
Todos sabemos la historia.
Jonás fue llamado a proclamar salvación en Nínive. Era un lugar aparentemente horrible, un lugar que no reconocía a Dios, con un pueblo que vivía en contra de sus mandamientos y deseos.
Jonás fue llamado a darles una segunda oportunidad… Y no quiso.
Así que huyó lo más lejos posible. La Biblia nos cuenta en Jonás 1:3 que se fue “en dirección a Tarsis, para huir del Señor.”
¿Qué hubiera pasado si así terminara la historia?
Creo que hubiera sido horrible, tanto para Nínive como para el pueblo de Dios. Miles y miles de personas jamás escucharían del amor de Dios.
Y jamás hubiera existido esta prueba tan clara que Dios desea perdonar los pecados de todo el mundo, no sólo los de Israel. En la historia de Jonás vemos a un Dios dispuesto a perdonar.
Pero no terminó así la historia, porque Dios tuvo otro plan.
La desobediencia de Jonás no fue suficiente cómo para parar el plan de Dios.
El Señor frustra los planes de las naciones;
Salmo 33:10-11
desbarata los designios de los pueblos.
Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre;
los designios de su mente son eternos.
En Jeremías leímos que Dios tiene planes para nosotros.
Pero lo que muchas veces ignoramos en este pasaje es el verso que viene justo antes:
Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar.
Jeremías 29:10
Setenta años de esclavitud no suena como un buen plan… Pero n a nosotros no nos toca escoger el plan de Dios, sino confiar en el.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,[a] los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Romanos 8:28
¡Los planes de Dios quedan firmes para siempre! Y todos ellos Dios dispone para nuestro bien, aún cuando no lo entendemos.
Podemos disfrutar la tormenta.
- Dos veces los discípulos y Jesús pasan por tormentas horribles en un barco.
- Dos veces los discípulos temen.
- Dos veces Jesús les muestra que tiene poder sobre las olas y los vientos del mar.
No solamente vamos a sobrevivir la tormenta, sino ¡vamos a poder caminar sobre el agua! Podemos disfrutar y florecer en los momentos más difíciles, porque nuestro Dios está con nosotros.
No hay nada que temer.
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38-39
- ¿Temeremos a la muerte?
- ¿Temeremos a la enfermedad?
- ¿Temeremos a lo que dirá la gente?
No, no hay NADA que temer, porque nuestro Dios ya venció. Podemos caminar en completa paz, porque no hay nada que temer.
Puedo Seguir Adelante
Yo no se que viene el día de mañana. No se si será el mejor día de mi vida, o si vendrá algo difícil o triste. Pero se que puedo seguir adelante.
- No porque tengo todas las respuestas.
- No porque se cómo será el día de mañana.
- No porque Dios es mi amuleto de la suerte.
Sino porque mis ojos están en Jesús, y yo se que sus planes para mí no se van a frustrar.
Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. 2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Hebreos 12:1-2
Pregunta: ¿Si sus planes no se frustran, qué significa eso para ti el día de hoy?
¡Me encanta leer (y responder a) sus comentarios!
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